Los Guerreros del Templo de la Luna

– ¿Así es cómo enseñan a luchar a los monjes de hoy? – pregunta furiosamente y cada vez más frustrado -. ¡Ven aquí y enfréntate conmigo, cobarde!

Los Guerreros del Templo de la Luna, “Duel of the Masters” de Chris Martindale. El mismo autor de la serie avanzada con títulos como La Maldición del Hombre Lobo y El Príncipe de los Ladrones. Probablemente sea este también uno de los mejores libros que pueden ofrecernos ambas colecciones, firmando un total de 3. Un librojuego de 157 páginas y hasta 18 finales distintos publicado en castellano por Timun Mas en 1986, y por TSR en 1984. Ilustrado por el conocido autor Keith Parkinson, en esta ocasión se encarga de los dibujos interiores en lugar de la portada como solía ser habitual. La cubierta es de John Rosenfeldt.

Eres Rand, un joven monje adiestrado en las artes marciales, discípulo del Maestro del Viento del Norte. A tus 17 años, has pasado este tiempo entrenando en el templo hasta alcanzar la maestría, cuando un día tu presencia es requerida por el Gran Maestro de las Flores. Para tu sorpresa, se te encomienda la misión de socorrer al rey Hamadryad, quien tiene por consejero a otro maestro de las artes marciales llamado Kashkar: se dice es un hombre ambicioso en busca de poder que fue desterrado del Templo de la Luna. La guerra es por tanto inminente entre los reinos de Kania y Belgard, y los monjes de Kashkar, seguidores de un nuevo culto, hacen parecer torpes e inútiles a los soldados.

El estilo de Chris Martindale destaca como siempre por su extraordinaria fluidez, narrando todas las situaciones en general y especialmente las escenas de acción de una forma dinámica, manteniendo la atención y el interés por parte del lector constantemente. Pese a no ser un título de la serie avanzada, logra sorprendernos por los diferentes giros, piruetas de la trama y los caminos opcionales a la hora de interrelacionar las secciones. Los distintos pasajes del librojuego generan un entorno diverso con múltiples áreas para que puedas explorar. Todo ello con un estilo personal. Pudiendo enlazar la historia desde varios lugares, es posible pasar por zonas y áreas dándonos la oportunidad de disfrutarlas en distintos momentos según las decisiones del lector. El aburrimiento es bastante improbable.

Las escenas de acción, como en sus otros títulos, son siempre espectaculares. Lo logra sin perder la cohesión ni la ambientación de la estructura general. Asegura la satisfacción del lector con eficacia, gracias a la dinámica y al diseño de unas escenas memorables. Situaciones en el encuentro con monstruos por ejemplo, entre otras, donde es necesaria una elevada pericia por parte de nuestros personajes para superarlas y que permanecen en la memoria después de la lectura; sobre todo por su estilo narrativo lo cual muestra un talento indiscutible. Te pueden dejar con una sensación de… ¡Oh, aquello fue increíble! ¡Qué pasada, lo he conseguido! Gracias a las acrobacias o proezas que has realizado. Esto añade ese componente inmersivo gracias a una escritura ágil, rápida en ocasiones, combinando un poco de suerte, opciones y literatura de forma fantástica. Posiblemente estamos ante uno de los mejores autores de toda esta colección clásica de libros de D&D, sobre todo por los títulos de la serie avanzada.

A nuestro paso por este librojuego podemos hallar a otros personajes: aliados, encuentros por sorpresa o incluso la ayuda de otros seres.

Resulta curioso que el protagonista del libro sea un monje, una clase de D&D que solo encarnamos en este título dentro de toda la colección y que emplea las artes marciales. En ese sentido sí que tenemos el caso de otro librojuego de la serie avanzada, “La Prueba del Ninja“. Además, aunque los reinos beligerantes de Kania y Belgard parecen ser creaciones de la imaginación del autor, las órdenes de los monjes del Alma Solar o de la Luna Oscura podemos encontrarlas referenciadas en Los Reinos Olvidados. De hecho, aparecen en videojuegos como Baldur´s Gate.

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