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Explorando Serpent in the Staglands

Desde Refugio Seguro analizamos Serpent in the Staglands, un juego de rol con perspectiva isométrica publicado en 2015 por un pequeño equipo, Whalenought Studios, que ya de entrada nos recuerda a títulos clásicos como Baldur ´s Gate o también Fallout.

Financiado con la ayuda de una campaña de crowdfunding, y siendo un juego bastante posterior a estos, apuesta por un estilo de gráficos pixelados y un espíritu rolero eminentemente old-school o de la vieja escuela. Ello lo demuestra la variedad de sorprendentes habilidades que podemos emplear durante la aventura como por ejemplo: nobleza o incluso filosofía.

Los puzzles e interacciones de los objetos y el entorno tratan de otorgar originalidad al título, así como también cierta profundidad en el planteamiento, que nos recuerda una época en la que los enigmas eran parte indispensable de la aventura para poder seguir avanzando.

Empezaremos la historia encarnando el avatar humano de un dios caído que en pos de regresar a su plano de la existencia intenta averiguar por qué se cerró el portal de regreso a casa. Un buen comienzo donde otorgaremos algunos puntos iniciales que definirán nuestro personaje. Elegiremos género, raza y profesión de entre la variedad única que puebla este mundo de Vol.

A partir de ahí, pronto podremos reclutar algunos otros miembros al equipo para acompañarnos y embarcarnos en nuestra misión, hasta un máximo de 5 personajes. Lo interesante es que aparte de algunas direcciones o pistas iniciales, viajaremos a través de un mapa de mundo abierto, en donde podemos movernos libremente. En ese sentido recuerda a los primeros Fallout.

Serpent in the Staglands goza de mecánicas interesantes. Si bien la magia y los hechizos disponibles no son especialmente brillantes, excepto algunos como por ejemplo el de transformar a nuestro grupo en murciélagos para escapar velozmente del combate o acceder a determinadas áreas, también hay otros añadidos al juego como es el del Libro de Invocación. Podremos emplearlo según nuestro nivel de lingüística y realizar diversos encantamientos añadidos. Con nuestra habilidad de herbología y los utensilios necesarios fabricaremos pociones con efectos y mejoras temporales. Cartas, mapas, incluso un lenguaje rúnico especial… En ese sentido el juego muestra su parte más atractiva incrementando nuestra inmersión en el mundo a través de esas mecánicas que otorgan variedad, si bien su implementación en ocasiones puede resultar algo enrevesada y poco fluida en general, por lo que el resultado es algo ambiguo, quizás por tratarse de un proyecto con un presupuesto bajo y de notables ambiciones en cuanto a la amplitud del mundo. Por suerte el juego viene acompañado de un manual, si bien es difícil no percibir estas contradicciones entre un mundo abierto y una cierta falta de abundancia en el desarrollo y la diversidad general de las áreas exteriores. En ocasiones podría parecer más bien sencillamente un juego de exploración antes que una historia con una trama bien concebida. Objetos dispersos por el mapa del mundo como monolitos en donde encontrar información o historia dependiendo de nuestro nivel de lingüística, o el uso de hechizos en lugares concretos, hacen que esta sensación sea menos aguda si bien el resultado final no está realmente a la altura de la profundidad que prometía.

En cuanto al sistema de combate, se trata del estilo en tiempo real con posibilidad de pausa para dar directrices a nuestros personajes, ya habitual en otros títulos como por ejemplo Pillars of Eternity: aunque bastante más sencillo y limitado, no deja de ser complicado por la dificultad de los enemigos a los que nos enfrentaremos, algunos de ellos inmunes a las armas y el daño físico. Si bien no hay una enorme variedad de monstruos, sí que resulta suficiente para ambientar correctamente nuestra aventura. Técnicas especiales de combate, armas y armaduras, algunas de ellas de especial manufactura, mágicas, además de un sistema que modifica nuestra velocidad, daño, etc… según el equipo.

Encontraremos puzzles y enigmas, así como la interacción entre objetos que a menudo requieren del uso de palancas y códigos propios de numeración. Es indispensable el correcto manejo de estos y descifrarlos para poder abrirnos paso en determinadas áreas. Fuera de esto, no hay una presencia concreta de acertijos en sí mismos, si bien el uso de mapas y las pistas que encontremos nos ayudarán a hallar secretos y misiones especiales, no indispensables para terminar nuestra aventura, pero que enriquecen la historia. Además, esto cobra especial importancia ya que dependiendo de nuestros hallazgos y pesquisas, decisiones, llegaremos a uno de los finales distintos del juego.

La historia y la narrativa de Serpent in the Staglands es bastante correcta, divertida, original en sí misma y en las diferentes opciones de comportamiento de nuestro personaje, con cierta influencia en la historia. El inconveniente del juego es que al ser un mundo abierto el transcurso de la aventura no resulta del todo satisfactoria ya que elementos claves de la historia nos los encontraremos casi de casualidad en lugares a los que podremos acceder sin ninguna referencia previa, simplemente viajando al azar. Nada es más interesante que el mapa de un mundo nuevo por explorar, si bien la correcta consecución de ese objetivo dentro de una narrativa requiere de una elevada planificación y medios, sobre todo para lograr coherencia en el relato. Podemos encontrarnos viajando sin rumbo por el mapa del mundo sin tener realmente claro lo que estamos buscando ni cómo encontrarlo, salvo por algunas pistas, si bien esto otorga al entorno un aire de misterio ya que hay muchas cosas que no son fáciles de descubrir y es agradable la libertad de movimientos. Pero una posible sensación de desamparo puede paliarse si por nuestra parte exploramos cada ápice de terreno sin perder ningún detalle, y aun así, el problema de Serpent in the Staglands parece sobre todo el de la variedad en general de los escenarios: en determinados momentos puede resultar aburrido o falto de alicientes.

En el apartado gráfico, el ambiente es en general oscuro pero ameno, con figuras y animaciones agradables a la vista, aunque en ocasiones chirrían un poco los edificios y estructuras, los entornos, o incluso algunos monstruos.

Serpent in the Staglands: “es un intento encomiable de desarrollar un videojuego de rol con perspectiva isométrica de la vieja escuela con una historia original y un mundo abierto, aunque con un bajo presupuesto. Una temática y características propias muy interesantes y sobre todo originales, pero que sin embargo pueden terminar siendo algo escasas.”

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DISQUISICIONES FINALES ( DE 0 A 5 ) :

Inmersión
0
Jugabilidad
0
Narrativa
0
Historia
0
Arte
0
Épica
0
Enigmas
0
Sonido
0
Originalidad e Innovación
0
Promedio
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